jueves, 26 de agosto de 2010

No estuve en el acto de Gobierno.

Por ignorancia o mala fe, la agencia “gubernamental” de noticias informó que estuve en la Casa Rosada en la presentación del informe sobre Papel Prensa.
Nada hay de extraño en que una senadora de la Nación asista a un acto en la Casa de Gobierno, sólo que frente a una cultura política que analiza antes la fotografía, quién se sienta al lado de quién, que la reflexión, debo aclarar que no estuve en la Casa Rosada porque no podría convalidar lo que vengo combatiendo desde hace años: la confusión entre prensa y propaganda y la concepción antidemocrática de creer que a la ciudadanía hay que tutelarla de aquellos que quieren controlarla, cuando es función y responsabilidad de los gobernantes garantizar el derecho supremo de la ciudadanía a ser informada.
La información no debe ser una mercancía, pero tampoco propaganda . En todas las sociedades democráticas existe tensión entre la prensa y los gobiernos y como el valor universal de la libertad de expresión lo gestionan empresas privadas, a estas se les pide que se autorregulen con responsabilidad, no intentando coartar la libertad. De todos modos, me parece auspicioso que finalmente podamos desentrañar los años setenta, cuando una muerte se vengaba con otro cadáver. La violencia política que antecedió al golpe militar, los casi 900 desparecidos del gobierno de Isabel Perón, el dinero de los secuestros de los Montoneros.
Por respeto a todos los que pagaron con su vida, con la cárcel o el destierro, ojalá seamos capaces de analizar el pasado como fenómeno de la violencia política y no perseguir a las personas por su pasado, ya que nadie está exento de responsabilidades en un país que se desquició y la política fue reemplazada por las balas.
Si no se asumen las responsabilidades se seguirá levantando el dedo acusador de buscar culpables , y ese no es el camino de la construcción democrática, basada en una legalidad de valores compartidos, que no son otros que los que nos manda la Constitución.
A más de treinta años de la democratización ya estamos en la hora de hacer carne una cultura de Derechos Humanos, basados en el respeto y la igualdad.
Norma Morandini. Senadora Nacional.
Clarín, 26 de Agosto de 2010.

martes, 24 de agosto de 2010

Cuando los nazis vinieron por los comunistas.

Primero llegaron por los comunistas, y no hablé porque no era comunista; después vinieron por los judíos, y no hablé porque no era judío; después vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era uno de ellos, después vinieron por los católicos, y no hablé porque yo era protestante; después vinieron por mí, y para entonces no había quedado nadie que hablara.
Martin Niemoeller

Biografía y obras destacadas de Martin Niemoeller

Nace: 14 de enero de 1892
Lugar: Lippstadt, Alemania 
Muere: 6 de marzo de 1984
Lugar: Wiesbaden, Hesse, Alemania

Biografía: Militar y religioso alemán del luteranismo, autor del poema "Cuando los nazis vinieron por los comunistas". Tras graduarse como oficial naval, Martin Niemöller participó de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) al mando de un submarino. Entre 1919 y 1923 estudia Teología en Münster, y apoya la política anticomunista, antisemita y alemán nacionalista de Adolf Hitler. En 1933 Hitler intenta desarrollar una política totalitaria de homogenización, haciendo que sean excluidos de la iglesia a todo creyente con antepasados judíos. Martin Niemöller se manifiesta en contra de esta política, formando junto a Dietrich Bonhoeffer, la Iglesia Confesante (Bekennende Kirche). En 1937 es arrestado y encarcelado por siete meses y tras cumplir la condena, es apresado por la Gestapo y enviado a los campos de concentración de Sachsenhausen y Dachau hasta 1945. Tras su liberación, Martin Niemöller se unió a diferentes movimientos pacifistas.